Por invitación de un patrocinador, Paige Spiranac jugó la final del Ladies European Tour en Dubai; más que una noticia trascendental estamos, salvo que la carrera de Spiranac le dé la vuelta a esa interpretación, ante una anécdota. Pero los motivos (y consecuencias) de esa invitación han sido ampliamente interpretados, con opiniones radicalmente en contra y,  también, algunas, a favor. Hemos querido seleccionar las que nos han parecido más interesantes de una postura y otra porque quizás no se esté discutiendo sobre los méritos de una golfista en particular, sino sobre el futuro del golf (de las redes sociales, incluso).

A riesgo de que se nos acuse de resultadistas, lo primero que vamos a reflejar son los números: Paige no superó el corte, presentando dos tarjetas de 77 y 79 golpes. Hasta esto puede ser interpretable: la “Kournikova del golf” (un apodo que, por cierto, también le queda grande dado su actual currículum deportivo) quedó en las últimas posiciones… por delante, por ejemplo, de Carin Koch (capitana europea en la Solheim Cup) o de Hannah Burke, 148º del mundo cuando se celebró el torneo. No es un debut soñado, pero no es, en absoluto, un mal resultado para una amateur sin experiencia en un torneo profesional.

El “ataque”

La gran pregunta es, claro, cómo lo hubiera hecho otra amateur, con más méritos deportivos para recibir una invitación a jugar el cuarto torneo más valioso del circuito: “Una injusticia más en el deporte femenino con la invitación de Paige Spiranac” leemos en Noticias Golf.Esto solo demuestra por desgracia que en el golf femenino la imagen vale mucho. Innumerables son las jugadoras no solo en nuestro país, que las hay muchas, sino también en todo el mundo que tienen credenciales de sobra para ser invitadas antes que esta modelo convertida en profesional del golf”.

Aunque, como han reflejado varias personas comentando este artículo, cada torneo / circuito / asociación puede invitar a quien quiera y las espectaculares cifras de seguidores que Paige Spiranac en sus perfiles en redes sociales son un argumento más a favor de esa invitación que en contra, el argumento de fondo es irrebatible: sí, hay jugadoras que habían acumulado más méritos.

La defensa

En el Telegraph podemos leer la respuesta de Paige a las críticas: “Entiendo de dónde vienen. Quiero decir, he jugado al golf y he tenido buenos resultados, pero cuando comparas mi juego con el de las golfistas top mundiales, no estoy en la misma liga… Pero me gustaría que vieran que estoy trabajando tan duro como puedo”.

Paige también es muy consciente de la importancia de las redes sociales en su carrera: “No estaría aquí sin las redes sociales… Me han dado una salida para apoyar mi carrera profesional en el golf y eso es lo que realmente quiero hacer, solo jugar al golf, porque amo jugarlo”.

Un inciso: casi siempre es tan recomendable leer un artículo como los comentarios de los usuarios al mismo. En este caso, se nos presenta una muy representativa muestra de actitudes. Y de aportaciones interesantes como,  por ejemplo, la de timq: “Puede que haya mejores jugadoras de golf ahí fuera que se merecen más ese lugar que ella, pero no traerán la atención de los medios que el golf femenino necesita”. La opinión parece, cuanto menos, algo condescendiente, pero conviene leerla hasta el final: “Michelle Wie continúa obteniendo más tiempo de cámara del que justifica su juego; exactamente como pasará con Tiger Woods si vuelve a jugar”.

A estas alturas, y sin que sirva, en absoluto, para justificar la invitación a Spiranac, queremos recordar este titular: “solo el 5% de los espectadores de golf en tv hoy en día son menores de 35 años”.

El punto intermedio: entendiendo a Paige

Vamos a terminar esta selección de artículos citando uno de Golf Monthly: “Was it right to give Paige Spinarac a sponsor´s invite?

Objetivamente hablando, Spiranac es una mujer atractiva y aquí es donde parece residir el problema… Algunos han dicho rápidamente que su invitación es debida a su apariencia y a su prolífica actividad online. Es fácil ver por qué es la escuela predominante de opinión. Spiranac es, en todos los aspectos, el sueño de todo patrocinador: bella, talentosa y nada tímida antes las cámaras”.

Todos lo sabemos, pero “si el talento es evidente, puedes preguntarte si algo de todo eso importa… Es tan equivocado tener prejuicios hacia personas que se consideran bellas como hacia personas que no lo son”.

Por supuesto, puede gustar o no que el deporte profesional esté tan influenciado por la imagen, pero Spiranac no es, precisamente, el primer caso: “Es una realidad que alguien como Spiranac, que parece combinar talento e imagen, atrae patrocinadores. Es poco realista pensar que no atraería atención antes o después. ¿Esperaba alguien que Spiranac rechazara la invitación? Si realmente quiere hacer carrera en el deporte, ¿por qué no habría de aceptar? No es que haya vendido su alma”.

¿Y el futuro del golf, del que hablábamos en la introducción de este post? Si “el dilema Spiranac” es interesante, es porque puede ir más allá de Paige. Citando, de nuevo, a Golf Monthly: “¿Deberíamos preguntarnos qué impacto tendrá su invitación en jóvenes jugadoras de golf que a los veinte años no sean ya la próxima Lydia Ko? ¿Sugiere su invitación que tu apariencia conseguirá que cruces barreras? Probablemente. Pero quizás sea injusto criticar por eso a Spiranac: tiene derecho a hacer lo que le guste sin llevar la carga de las futuras acciones de otras mujeres jóvenes. Decid lo que queráis acerca de las fotos que publica online, pero poco mal ha hecho”.

Quizás el mejor aprendizaje a extraer de la participación de Paige en Dubai sea, en definitiva, que si de verdad nos interesa el futuro del golf, conviene escuchar muchas opiniones, sobre cualquier aspecto de este deporte. Incluyendo invitaciones y patrocinadores.

Feliz 2016, feliz año de golf