Estará pasando inadvertida para muchos pero, sin duda, el golf español está viviendo una muy buena época; siempre lo es cuando llega el Open de España pero, además, ahora lo es también por resultados.

El problema, como decíamos, es que quizás no se esté prestando la suficiente atención a esos resultados, un problema que probablemente afecta al golf en su conjunto: “Nos gustaría que los éxitos de Jon Rahm, Miguel Ángel Jiménez, Luna Sobrón, María Parra o Rafa Cabrera – Bello fueran portada de los portales deportivos en España, pero sigue confirmándose que si no es  ganando un grande (yhabría que verlo), no hay nada que hacer al respecto”, leíamos en Golf Digest.

Estamos de acuerdo: el golf español está de moda. En un año de Ryder y de Juegos Olímpicos (bien es cierto que las bajas de Adam Scott y de Louis Oosthuizen pueden abrir la puerta a cierta devaluación del torneo, asunto que también trataremos en este blog).

De hecho, está tan de moda que sí ha conseguido aparecer en los medios “mayoritarios”. Con un protagonista claro: Rafael Cabrera – Bello.

El golfista canario comenzó el año como número 111º del mundo, lejos de la oportunidad de jugar los torneos más grandes… Sendos segundos puestos en los torneos de Qatar y Dubai, del circuito europeo, le permitieron participar en el Cadillac del Doral, del circuito mundial, del que salió clasificado 53º del mundo, a solo tres puestos de su siguiente objetivo, el Masters de Augusta, el grande que desde pequeño, desde que a los nueve y a los 14 años vio a Olazábal ganarlo, se convirtió en su razón de ser golfista”, leíamos en El País.

Volveremos al gran Olazábal más tarde. De momento, sigamos repasando el inicio de temporada de Rafa, que llegamos al (por ahora) gran momento, el Mundial Match Play. ¿Un torneo menor? Todo lo contrario.

De los cuatro que pasaron a semifinales… Cabrera era el único que no ha ganado aún un grande. Perdió con Oosthizen pero derrotó a McIllroy en el partido por el tercer puesto y al final le dio las gracias por permitirle hacer algo que seguramente contará a sus hijos. “Rory, ha  sido un honor poder ganarte”, le dijo”.

Para no extendernos demasiado, recordemos que en los siguientes torneos continuó la racha y que, muy importante, también ha sabido sobreponerse a momentos difíciles, incluso en un Major.

El año de Cabrera – Bello

De ahí que ya no se le dediquen solo titulares, sino artículos, perfiles, entrevistas… En todas ellas, Rafael demuestra estar igual de bien centrado que en el campo de golf: “La Ryder Cup sí ha sido un sueño de toda la vida, desde pequeño. Es el torneo de golf más emocionante que existe… Me encantaría sentirlo. Pero aún quedan muchos torneos por delante para seguir teniendo opciones. Mi principal objetivo sería clasificarme para la Ryder. Los Juegos serían un honor”.

¿Y qué tiene que ver Olázabal en todo esto? La inspiración de un maestro y los consejos de un grande, como profesional y como persona. En palabras de Rafael, “por él me hice profesional. Su victoria en el Masters de 1994 me marcó. Era muy pequeño, pero ya llevaba varios años jugando y aquello me motivó muchísimo. Luego tuve la oportunidad de compartir circuito con él, de recibir sus consejos… Es una maravilla”.

Precisamente, en el análisis que Olazábal hacía de la Ryder destacaba una palabra: cambio. Nuevas generaciones, rookies… Veremos qué pasa con el ranking. De momento, Rafael Cabrera – Bello ya ha ganado un “título”: el mejor golpe del mes de marzo para el European Tour.

Y los que vendrán.